El espacio de las cosas que nunca ocurrieron
Cuando pienso desde el presente reflexionando sobre mi pasado, a veces me pasa que me pregunto ¿y qué hubiera pasado si ...? Estoy seguro que es una pregunta que todos nos hacemos en algún momento de la vida. Es precisamente porque nunca ocurrieron el que sólo nos podamos mover por ahí en el campo de las suposiciones.
El punto es que difícilmente pensamos en esto hasta que no nos ocurre "algo" en el presente que gatilla la reflexión. Cuando sufrimos un accidente, típico es pensar que si hubiera salido de la casa 5 minutos más tarde el accidente no hubiese acontecido. Yo generalmente soy más positivista en este ámbito y pienso en algo que en me está yendo bien. Voy ilando, mentalmente y en reversa, las situaciones, coincidencias, encuentros y decisiones que se fueron dando para obtener el logro que saboreo en este instante. Y me maravillo siempre.
Esa cadena de acontecimientos, fortuitos o no, constituye un espacio, un tiempo, que llamo pasado, que ocurrió realmente para mí y para las personas involucradas. Cuando recibimos una felicitación por algo, es porque se reconoce la existencia de al menos parte de esta serie de eventos.
Sin embargo, a veces todo está muy tranquilo en algún aspecto de la vida, laboral, de pareja o familia, amigos, salud, etc. Es aquí en donde pocos se ponen a pensar en otro tipo de espacio que no se llama pasado, ese espacio de las cosas que nunca ocurrieron. Me refiero a eventos desafortunados o negativos que nunca se dieron, nunca se convirtieron en realidad quedándose en una posibilidad no realizada.
Si estos espacios tuvieran volumen en nuestro Universo, el espacio de las cosas que nunca ocurrieron (ECNO) evidentemente sería mucho mayor al espacio de las cosas que sí ocurrieron (ECSO). Un subconjunto de ECNO constituye para un observador ciertos eventos desafortunados. Por ejemplo, el que yo esté escribiendo en este momento este artículo y el que tú lector lo estés leyendo es porque en nuestros ECNO hay eventos en que algo nos pasa (accidente, otra cosa que hacer, etc.) que nos hubiera llevado a nos estar relacionados en este instante.
Creo que pocas veces te felicitan cuando las cosas están tranquilas, porque simplemente estás "haciendo tu trabajo". Sin embargo, pienso que una persona tiene una gran responsabilidad de no haber vivido algún evento de su ECNO. Si evité el exceso de grasas y sal en mi alimentación, disminuí la posibilidad de tener problemas cardiovasculares. Si no los tendré, probablemente nadie te felicite por eso.
Vivo en una sociedad en se castiga socialmente el error. El otro día cometí un error en cierto aspecto de mi vida y sé que seré de alguna manera reprendido por eso. Sin embargo el peso del ECNO negativas, gracias a mi, jamás será reconocido, porque no puede ser medido, no puede ser valorado, porque nunca pasó, y a los seres humanos nos cuesta mucho trabajar con el abstracto.
No sé vale la pena o sirve de algo pensar en estas cosas. Es parte del filósofo que inevitablemente todos llevamos dentro.
17 de marzo de 2012
Publicadas por Javier Toro Rodríguez (Javo) a la/s 1:15 p. m.
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